3 BÁSICOS HIGH-END PARA EL 2018

¡Hola, biotistas! ¿Qué os parece si empezamos el año “con clase”?

Bueno, ya os estoy oyendo, estamos a 30 de enero pero oye, estamos hablando de lujo, y tomarse el tiempo de hacer las cosas también es un lujo, así que no me rechistéis. Que los tres productos que os voy a presentar a continuación merecían su tiempo, su mimo, y cierta coherencia en el discurso 😉

Resulta que me ha dado por juntar 3 productos que, aunque a priori no tienen mucho que ver, en realidad a mis ojos tienen un punto en común, que es la combinación de dos características.

Por un lado, son productos “de uso cotidiano” -bueno, uno no tan frecuente pero sí básico-, digamos que son de esos “imprescindibles” del neceser.

Por otro, se sitúan en el límite alto de la escala calidad-precio, por lo que, definitivamente, no son productos para todos los bolsillos. Pero quien decida invertir en ellos, tendrá como recompensa, y esto está directamente relacionado con la primera caractéristica citada, que los usará día sí, día también. Y eso, cuando te has dejado un dinerillo, siempre se agradece.

¿Cuántas veces hemos cometido el error de comprar algo “súper especial”, dejándonos los cuartos, para luego tenerlo de decoración en el tocador (eufemismo cursi para “cogiendo polvo en una estantería olvidada”)? ¿Eh? ¿Cuántas?

Pues para evitaros la enésima, he seleccionado tres “básicos”, que a poco que se ajusten a lo que soléis usar en vuestra rutina diaria, pueden suponer subir un peldaño o dos sin despatarrarse.

Vamos primero con el maquillaje, ya que el tercer producto es un tanto diferente.

Vintage cake liner de RMS Beauty

Este es una de las novedades de RMS Beauty, aunque en sí no es un producto novedoso, sino más bien, ultra-clásico (Rose-Marie lo sabe, ¿qué os créeis? Por algo le ha llamado Vintage). Se trata de un eyeliner en polvo, negro-negro, divino, que podéis usar con el pincelito húmedo para haceros el delineado, o como sombra negra, ya sea para ahumados o para añadir intensidad a la V externa. Es estupendo, sobre todo por lo compacto, cómodo y versátil que resulta. Un producto muy pin-up y al mismo tiempo, básico en cualquier neceser, que te llevarás de viaje, ¡seguro! Yo pienso que con lo que dura un producto así, los miles de usos que tiene, merece la pena invertir un poco más y comprarte el guay 😉

Labial Wild With Desire de RMS Beauty

Los labiales Wild With Desire son otra de las esperadas novedades de RMS Beauty. Hasta ahora solo tenían:

  • los Lip2Cheek, que me encantan, pero sinceramente en labios no son un producto muy competitivo, más bien una suerte de bálsamo con color, si lo aplicas de manera sutil, o de no-se-sabe-qué, si te pasas de cantidad. A mí me gustan más para mejillas, y si acaso eso, un toque muy ligero en labios para combinar.
  • y los Lip Shine, que no he probado, pero claramente se presentan como brillos de labios.

Pero ahora la gama cuenta con labiales “de verdad”, en ese tubito de aluminio pulido que te quieres comer con los ojos.

El tono que os presento es el Vogue rose, un rosita coral supuestamente universal, aunque yo he comprobado que a la hora de la verdad, no lo es tanto.

Quiero decir con esto que si no estáis seguras de que os siente bien el coral, como me pasa a mí según con cuál, para básico diario en modo MLBB (My Lips But Better), os recomiendo el Brainteaser. Con ese sí que es imposible equivocarse. Y el otro must-have, en mi opinión, es el RMS Red, un rojo anaranjado superluminoso que, en caso de que sea de tu estilo, no querrás quitarte de encima.

Ay, si es que entro en la página de Lovelula dedicada RMS Beauty y no puedo salir. Me atrapa y empiezo a favoritear compulsivamente, me pregunto cuál será mi siguiente producto de la marca, bueno, el siguiente al siguiente, porque el siguiente ya está de camino a mi casa 😉

The Natural Pedicure Ritual de Kure Bazaar

Y este es el tercer producto, que en su concepto, es totalmente diferente a los otros dos (que te pueden durar media vida, sobre todo el cake liner que al ser en polvo, no tiene apenas caducidad). Este kit es mono-uso, lo cual, a priori, no es muy ecológico. Aunque según cómo se mire: a cambio de desechar un sobre con cada “ritual”, nos ahorramos el envase de la crema que se tira al cabo de varios 😉

Trae una lima de cartón, un palito de naranjo para retirar las cutículas y unos “calcetines” impregnados en crema para dejarlos puestos a modo de mascarilla. Recomiendan desmaquillar y limar las uñas, poner el calcetín en un pie, luego en el otro, después abrir el primer calcetín por la parte de los dedos e ir haciendo la manicura mientras se sigue hidratando el segundo pie. Yo me los he dejado toda la noche. Y ya al día siguiente ya he seguido con el “ritual” propuesto. No lo recomiendo: el ridículo que haces con los calcetines puestos te puede costar el divorcio y para la diferencia de resultado, no merece la pena 😉 Cuando hablamos de “calcetín”, os tenéis que imaginar las preciosuras que os dejan en las tiendas de zapatos para probaros un zapato, pero además embadurnados de crema de pies por dentro. Una monería, con la que si te tienes que levantar y andar irás además, no pisando huevos, sino pisando huevos sobre la luna. De verdad, hacedme caso: dejadlos puestos el mínimo de tiempo. La mascarilla es buena y os va a hacer efecto igual, sin daños colaterales.

Debo deciros que hacerme la pedicura no es algo que me llene de felicidad (como para llamarlo “ritual”, quiero decir), pero sí me gusta bajar la mirada y encontrarme con unos pies bonitos y cuidados. Como no soy fan del momento en sí, pues no suelo ir a que me la hagan, por ejemplo, sino que me la hago en casa, con lo que si echamos cuentas en realidad este producto no es tan “lujoso” –£4,50 (unos 6€) es bastante menos de lo que te cuesta una pedicura en un salón-. Aun así, no me lo planteo como mi rutina habitual, sino como algo excepcional . Es más que probable de hecho que no repita, lo he comprado para probarlo y compartir la experiencia con vosotras, pero seguramente, dada mi poca afición, vuelva a mi rutina de pedicura casera “simple” – por no decir “cutre”. La lima y el palito me los quedo para usos posteriores, eso sí. Están bastante bien.

Eso sí, es prácticamente la única cosa de Kure Bazaar (una marca que me encanta no, lo siguiente) que las españolas nos podemos comprar en Lovelula, así que hay que aprovechar.