Hoy quiero hacer una pequeña comparativa de los champús que he estado probando últimamente.
El tema del champú es muy recurrente en las consultas que me hacéis llegar, y no es de extrañar: resulta de los productos más difíciles de cambiar cuando hacemos la transición hacia la cosmética bío.
¿Por qué?
Pues porque un cabello recubierto con silicona tarda un tiempo en quitarse todo ese plástico de encima, como si de una funda transparente se tratara, antes de empezar a absorber los “buenos” aceites de los cosméticos naturales. Durante esa fase aparece el auténtico pelo que hay debajo, y a veces puede ser muy desalentador.
Y también porque como consumidores nos han acostumbrado durante muchos años a que los champús hagan cuanta más espuma, mejor, y ese es un hábito difícil de modificar. Aquí no estamos hablando de siliconas sino de sulfatos, otro de los componentes que queremos evitar en champús (pese a que algunos estén autorizados por los organismos certificadores, pero ese es otro debate).
También es un tema recurrente en vuestros comentarios el tema del precio, y es que si hay un producto en el que mucha gente duda en si merece la pena invertir, ese es a menudo el champú (junto con el gel de ducha). Así que he querido usar el criterio del precio como hilo conductor para que veáis que hay de todo un poco, y que no es del todo cierto el mito de que “los champús ecológicos son caros”.
Por supuesto en esta comparativa no están todos los que venden en Lovelula, pero que he querido fijarme en los extremos (desde el punto de vista del precio) para saber hasta qué punto compensa dejarse las libras en un champú. Al final es una decisión personal y cada uno elige dónde pone el dinero, pero es obvio que con mayor información esa decisión tiene más papeletas de ser la acertada.
Para tener una visión más completa de la gama disponible en Lovelula, podéis referiros también a los que he reseñado en anteriores ocasiones (ver las reseñas del 2 en 1 de John Masters Organics aquí, mi opinión mitigada sobre Rahua aquí y aquí, la del Pure Mint+Ecchinacea de Acure Organics aquí…).
Precio: £4.50
Descripción
Se trata de un champú sólido a base de aguacate y rhassoul, enriquecido con polvo de seda. Contiene aceites de romero, lavanda y pomelo, por su perfume pero también sus propiedades refrescantes y equilibrantes. Es adecuado para todo tipo de pelo, aunque lo recomiendan especialmente para cuero cabelludo normal a graso y pelo fino (¡justo mi caso!).
Mi opinión
Este champú no ha terminado de convencerme. Soy bastante fiel a los champús sólidos, así que no podemos hablar de que “es otro rollo” y “hay que acostumbrarse”. Lo que me pasa con este champú es que siento que mi pelo no está lavado. No creo que sea un mal producto, pero probablemente esté más indicado para cabellos más secos que el mío.
Precio: £5.95
Descripción
Este otro champú sólido os lo enseño cerrado porque si no, le querríais dar un bocado. Si eres adepta al porridge de avena con rodajas de plátano, frutos secos…¡te parecerá estar lavándote el pelo con tu desayuno! El pelo o la cara, porque también sirve para la piel sensible.
Mi opinión
Recuerda muchísimo al limpiador de la misma marca, pero en formato más compacto. Solo tenéis que ver el INCI en la etiqueta para comprobarlo: Aceite de coco, aceite de oliva, aceite de aguacate, cerveza y plátano. ¡Eso es todo! ¿Y sabéis qué es lo más increíble? ¡Hace espuma! Y con este sí, siento mi pelo limpio después del uso. Puede que sea lo único que me lleve este verano para cara y pelo. Venga, os lo enseño abierto que si no me muero 😉
Precio: £17
Descripción
Ya empezamos a movernos en otro rango de precios, y eso que he elegido el champú más barato de John Masters Organics. Este es el “básico” para cabello normal, con lavanda y romero, dos súper clásicos en peluquería (el primer champú de esta selección también los lleva, acordaos).
Mi opinión
No soy muy fan de este champú. Su textura, muy gelificada y de color ámbar, me recuerda a los geles de ducha masculinos de los 80s. Y lo que es peor: el olor también. Lava bien el pelo, sin deshidratar, aunque recomiendo combinarlo con el Acondicionador citrus & neroli para un pelo mucho más ligero y suave. Así, en dúo, me gusta más, pero en realidad creo que todo el mérito es del acondicionador, así que sinceramente yo este champú no lo volvería a comprar. No me da un resultado a la altura de lo que cuesta, ni siquiera en placer de utilización.
Precio: £22.50
Descripción
Antes de nada deciros que existe una versión “Rose”, más cara, que siendo estricta con el ejercicio tenía que haber sido la reseñada, pero ésta se adecuaba más a mis preferencias olfativas, así que pensé que mejor probarla ya que tenía menos posibilidades de decepcionarme. Es un “limpiador de pelo” (ya empezamos con cursilerías de marketing) con aloe vera, aceite argán, leche de avena y aceites esenciales de neroli, mandarina y bergamota. Las promesas de este champú (perdón, “limpiador de pelo”), son muchas: reequilibrar el cuero cabelludo hasta que vaya necesitando cada vez menos producto (la marca tiene también un champú seco para usar alternativamente, y así conseguir lavar el pelo menos a menudo), es antiinflamatorio, antifúngico e hidratante, limpia los aceites naturales del pelo sin decapar, restaura y protege el cabello teñido, reduce el encrespamiento… Se supone que es tan suave y efectivo al mismo tiempo que es adecuado para todo tipo de cabello, ya que su misión es ir llevandolo hacia “la normalidad”.
Mi opinión
Con tantas promesas era difícil que las cumpliera todas. No sé si os pasa, pero yo prefiero que no me prometan el oro y el moro, pero que el producto cumpla su función y si además aporta algún extra, pues mejor. En este caso, para mí, ha sido un champú totalmente olvidable. Huele a cítricos (pero tampoco creas que es un paseo por el Generalife en tu ducha) y lava el pelo. Fin.
Conclusión
Existen champús ecológicos con una relación calidad/precio estupenda, aunque también los hay muy buenos en el rango de precios elevados. Mi consejo es que busques el que más se adecúe a tus necesidades, si lo encuentras en el rango de precios inferior, ¡monta una fiesta! Yo empecé “casándome” con el de salvia y zinc de John Masters Organics, y poco a poco fui investigando alternativas más económicas, ya con la tranquilidad de que si me perdía, siempre podría volver a él. Y de momento no he sentido la necesidad. Como todo en la vida, es cuestión de ir buscando un itinerario propio explorando caminos nuevos, yendo poco a poco y sabiendo que siempre podemos regresar a la zona de confort…
¿Y tú? ¿Has encontrado ya el champú bío que te corresponde?
¿Con cual de estos te vas a animar?
Post escrito en el marco del programa de bloggers de Lovelula – Mi opinión es libre