Elegir entre lo que le meten por los ojos a tu peque y lo que tú sabes que es mejor para su salud: ¿Qué padre no se ha visto nunca en esa tesitura?
Y en cuestión de dentífrico, no hay duda: el orgánico es mejor, pero el de Kitty “mola”:
Incluso por dentro “mola” más:
Ambos dentífricos tienen en común: sorbitol, silica, goma de celulosa.
Hasta aquí, todo correcto.
Continuamos leyendo y observamos que el de Melvita tiene ingredientes que el de Hello Kitty no tiene: glicerina, xylitol, maltodextrina, sucrose, alcohol, sodium benzoate, sodium hydroxyde, potassium sorbate, sodium cocoyl glutamate, extractos de plantas…
En resumen: todos los excipientes y conservantes son de origen vegetal, y aparte incorporan muchas cosas buenas para cuidar de los mini-piños. Solo tengo mis dudas respecto al alcohol y al azúcar, teniendo en cuenta que es un producto que (en mayor o menor medida) puede llegar a ser ingerido.
En cambio en el de Hello Kitty nos encontramos: ¡¡¡SLS!!!, ¡¡¡PEG-32!!!, perfume (de origen indeterminado, o sea, sintético), sodium fluoride (flúor, bueno para las caries pero no tanto para el estómago), trisodium phosphate (carita enfada en la nomenclatura de Rita Stiens), y dos colorantes (claro esas rayitas tan monas no son de helado de fresa). Bueno, por lo menos el rojo no es carmín.
Y ahora que sabemos que queremos sacarle las vísceras a Hello Kitty, vamos el DIY, Do It Yourself, o Hazlo Tú Mismo que digo yo en mi casa.
Es muy sencillo: solo tienes que vaciar el tubo de Hello Kitty (donde tú quieras, en mi caso: la basura) y llenarlo con el contenido de tu dentífrico orgánico.
Si la boca del tubo orgánico es más estrecha que la del de Hello Kitty, mucho mejor 😉