Empezar de cero…

Eso es lo que siento cuando me enfrento, hoy, a la página en blanco.

El año 2016 ha sido el del nacimiento de MicroBío. Ésa ha sido la parte luminosa.

También ha habido un lado oscuro, siempre lo hay. En esta ocasión ha llegado en varias formas, pero todas tenían un denominador común: me han dejado ver de demasiado cerca la mezquindad humana. Y eso, para mí, que procuro vivir sin juzgar a los demás, y pongo todo mi empeño en no perjudicar a nadie con mis acciones, ha sido duro de digerir.

He hecho lo posible para que estos asuntos no eclipsaran mi felicidad, pero no he podido evitar que me desmotivaran, y mucho, a la hora de sentarme a escribir. Más cuando algunos guardan relación con el blog.

Siento mucho que esto, para vosotras y vosotros, biotistas, haya supuesto cierto vacío, un largo silencio. Sois muchas los que me habéis manifestado que teníais ganas de leerme más, y os lo agradezco de corazón. Pero sencillamente, no brotaban las ganas, y ponerme a escribir de cremas y maquillaje era lo último que me apetecía. Y siempre os lo he dicho: para mí escribir con desgana no tiene sentido, quiero ofreceros siempre mi mejor versión y si no puedo traerla al frente, mejor no escribo. Creo que es una forma de respeto, al menos en la forma en que yo lo entiendo.

Con esto llego a mi siguiente punto: soy de las que pienso que todo lo que nos pasa en esta vida encierra un aprendizaje, y esta falta de entusiasmo por mi parte me ha hecho reflexionar sobre los motivos por los que empecé este blog, allá por el 2012.

En esa época prácticamente nadie en España hablaba de cosmética bío. Las marcas disponibles se contaban con los dedos de una mano, y para encontrarla en tiendas había que adentrarse hasta la balda más desordenada del herbolario peor iluminado. Exagero, sí, pero si nos quedamos con las sensaciones y no solo con los hechos, ésta era la sensación que tenía yo en comparación con lo que estaba pasando «ahí fuera», especialmente en Francia donde hacía años que la cosmética bío era algo completamente normalizado.

Mi objetivo era llegar a más gente, que la cosmética bío dejara de verse como algo «cutre», «hippie», algo que o caduca al cabo de una semana, o te cuesta un riñón y parte del bazo. Todo esto no me  lo invento, son cosas que podías leer en cualquier parte, oir en cualquier conversación sobre el tema. Había mucho desconocimiento, no me lo negaréis. Los comentarios que recibieron mis primeras entradas no hicieron sino confirmar esa sospecha. Por poneros solo un ejemplo que creo que habla por sí solo, la gente me escribía para preguntarme si The Body Shop era natural.

Ahora la cosa ha cambiado, ¡y mucho!

Gracias a unas cuantas marcas muy pero que muy chulas que han surgido en nuestro país, a varias tiendas nacionales que han venido a darle una patada a la «estética de herbolario», y también a la labor de un montón de blogueras que han venido después, la cosmética bío en España empieza a tener la consideración que merece: además de más saludable y más sostenible, al fin se ve como algo agradable, bonito, incluso trendy.

Lo siento como un logro colectivo, y por la parte que me toca me alegro mucho de que hoy haya tantos blogs sobre la cuestión, y aprovecho para felicitaros y agradeceros a las que me estéis leyendo ahora mismo. Muchas de vosotras me habéis dicho en algún momento que he sido vuestro referente, es un súper honor y me siento muy afortunada por ello. GRACIAS.

¿Adonde quiere llegar?, os preguntaréis. Puede que éste sea mi post más desordenado hasta la fecha, pero aunque no lo parezca: sí, sé adonde voy.

Si hay una cosa de la que me he dado cuenta este año es de que este blog, en este formato, ya ha cumplido su función.

He estado reflexionando sobre qué hacer con él, y mi conclusión ha sido que haré lo único que sé hacer: ser yo misma. Y si en este momento miro hacia dentro y siento que escribir sobre cosmética bío ya me «aburre», pues tendré que buscar otra fórmula con la que me sienta más identificada.

Así que Miss Bío va a seguir existiendo, no hay duda sobre eso, y seguramente el tema principal seguirá siendo la belleza, pero quiero sentirme libre de hablar de más cosas, siempre con un enfoque «verde» pero abriendo un poco el foco. Esto es, en un principio y tal y como me viene a la mente: lifestylecrianza y yoga, como categorías nuevas, en las que cualquier día pueden aparecer subcategorías o cualquier cosa por el estilo. ¡Necesito sentirme más libre!

Puede que esto no se traduzca en un aumento del número de mis seguidores, pero es que ése nunca ha sido mi objetivo. Si os fijáis, por ejemplo, en todo este tiempo casi no he hecho ningun sorteo. Respeto ese modo de operar, pero no es el mío. No quiero llegar a más gente, no quiero que nadie se suscriba para entrar en una rifa y ganar un producto, que igual ni siquiera necesitan o resulta inadecuado para su tipo de piel. Quiero que la gente que llegue a mí se quede porque el contenido que ofrezco les resulte útil.

En definitiva, biotistas: quiero poder ser como soy, con mis múltiples facetas, del mismo modo que a vosotras y vosotros… ¡Os quiero como sois!

 

Antes de que me lo pidáis os comparto las referencias de los productos que véis en las fotos 😉 (en orden de aparición):

Mordedor Les Jouets Libres en Made in Tribe

Base de maquillaje ILIA en Green For Chic

Labial ILIA en Green For Chic (tono In My Room)

Pinceles Ecotools en iHerb

Collar de lactancia MamiBB (modelo Bali)

Cuarzo rosa (regalo de una bella persona)

Caja de permanencia del objeto (Montessori) de Nature et Découvertes

Monodosis de colonia, gel de baño y leche hidratante para bebés de Carelia

Jabón 20.000 pompas de viaje superlimpio de Olivia Soaps

Cepillo bebé de cerdas naturales y bambú de Bass en iHerb