Hace unos meses os conté mi experiencia con Dietox, un sistema de licuados listos para tomar para hacer un plan detox de un día (o de varios).
Como me gustó, he querido repetir, esta vez con Drink6, para poder contaros un poco las diferencias entre un sistema y otro en caso de que estéis dudando.
De entrada os lo digo: me han gustado los dos.
Pero creo que hay diferencias sustanciales que, dependiendo de lo que estéis buscando, os pueden hacer preferir uno u otro, así que ahí va mi opinión sobre la cura “made in Madrid”.
El concepto es exactamente el mismo: 6 licuados de 500 ml a repartir a lo largo del día, según el orden y el horario indicado en cada uno de ellos.
En este caso, está supervisado por la doctora Vidales, directora de la clínica de nutrición Nutrimedic y autora del libro Zumoterapia.
La diferencia fundamental que he encontrado entre los dos sistemas es en cuanto a la textura, y la composición de los licuados.
En Drink6 los llaman “zumos”, de hecho, y creo que es acertado: son mucho más líquidos. Así que ahí va el primer criterio selectivo en caso de que estéis dudando.
La pregunta que debes hacerte es: ¿Soy más de smoothie o de zumo?
El otro criterio que considero de peso es el de los ingredientes: en Drink6, utilizan muchas más fruta y verdura “mediterránea”, o al menos a mí se me hace todo más familiar, y no utilizan súperalimentos como es el caso de Dietox. No encontraréis camu-camu, guaraná, semillas de chía, reishi ni nada por el estilo. Dieta mediterránea, como os digo, ya que lo que sí abunda es limón, naranja, zanahoria, plátano, espinacas, incluso rábano. Utilizan néctar de ágave para endulzar, y quizás ese sea el ingrediente más exótico, con eso os lo digo todo. Así que ahí tenéis otro criterio para ayudaros a tomar la decisión:
Pregúntate: ¿Sigo a rajatabla la dieta mediterránea, con sus alimentos de temporada y de producción local, o me gusta incorporar súperalimentos exóticos a mi slow diet?
En cuanto a sabores, deciros que los zumos están riquísimos, y eso se lo debemos al “chef” Carlos Núñez, que ha aprendido de los mejores (Martín Berasategui y Santi Santamaría entre otros). Las estuve “radiando” en directo en redes sociales, pero os recuerdo aquí mis sensaciones con cada uno de ellos:
Drink6 #1: El clásico zumo de naranja y zanahoria. Tiene un puntito de ágave y de gengibre que le da un plus, pero vamos, no es un sabor que os vaya a sorprender demasiado. A mí me encanta, porque es uno de mis zumos favoritos.
Drink6 #2: Piña, manzana, lima y menta. Es como tomarse un cóctel sin alcool de piña con menta, o añadirle piña a la limonada con hierbabuena. Me encantó, es súper fresquito.
Drink6 #3: Manzana, piña, repollo, lechuga, pepino, espinacas, apio, lima y menta. El verde siempre es que más miedo da, pero es la piedra angular de toda cura detox. ¡Y en realidad no está malo! En este caso, a lo que más me ha sabido es a manzana, han disimulado muy bien el sabor de las hortalizas y el resultado es muy dulce, insisto, como un zumo de manzana con un “no-sé-qué” que desde luego no es repollo. ¡Enhorabuena al chef!
Drink6 #4: Frambuesa, mora, fresa, plátano, naranja, rábano, néctar de agave y agua. Este me ha dejado poco recuerdo, quizás porque los frutos rojos no son mis favoritos. Me ha recordado a esos zumos “antiox” de una marca española, que suelen llevar frambuesa, acerola, etc (¿sabéis de cuales hablo?). Un zumo de frutos del bosque, rico sin tener tampoco nada especial (no le hice ni foto al pobre)…
Drink6 #5: Limón, menta, agua, néctar de agave, cayena y pepino. A este le han puesto por ahí, bastante acertadamente, el apodo de “Gin-tonic”. Se toma a la hora del afterwork, y entre el limón, la menta, y el toquecito picante que le da la cayena, es todo un lujo para los sentidos. Lo dije en su día y me reafirmo: me lo sirven en copa de cóctel y cuela.
Drink6 #6: Almendra, vainilla en rama, canela, néctar de agave, y agua. Este no me lo terminé. Es el más denso de todos, y también para mi gusto el menos trabajado: hace años que no tomo leche de vaca en casa, sino leche vegetal, lo más a menudo, de almendra. Y mi sensación era la de estar bebiendo directamente del brick, cosa que no me ha agradado mucho ya que nunca la tomo así sino con cacao, o cereales… Pero puede que sea algo personal. También demuestra que con esta cura no se pasa hambre, al menos en mi caso, ya que este zumo me lo dejé para la mañana siguiente…
…Pero al final tenía una reunión de trabajo y desayuné en un Starbucks. ¡Adivinad lo que pedí! Después de un día entero “a zumitos” estaréis pensando que un muffin de esos que viene con premio si te lo acabas, ¡Pues no! ¡Me pedí un zumo de naranja! Era lo único que me apetecía, y creo sinceramente que el hecho de hacer una cura detox influye muchísimo en tu propia percepción de las necesidades de tu cuerpo, y de lo que le beneficia y lo que no.
Precio y datos prácticos:
El día de cura sale a 39€, aunque os pongo el enlace a su tienda porque siempre están haciendo promociones, y tendréis la info más actualizada.
Lo mandan a casa refrigerado, en material aislante, y hay que meterlo a la nevera nada más recibirlo.
¿Lo recomiendo?
Sí, y espero haberos ayudado con estas impresiones en caso de que estéis dudando entre estas dos curas. Yo insisto en lo que ya dije en su momento: una cura detox no debería hacerse con el propósito de adelgazar, para eso solo hay un camino, el de la correcta nutrición a diario. Pero si queréis darle un día de descanso a vuestro organismo, y reconectar un poco con sus necesidades reales, este puede ser un buen punto de partida. Aunque si sois tan poco constantes como yo, puede que a los dos días ya estéis otra vez alimentándoos a base de azúcares refinados, pero por intentarlo que no quede.
Por cierto, me estoy planteando seriamente caminar hacia una slow diet, os lo comento para saber si os interesa que lo hagamos juntas (o juntos), eligiendo por ejemplo cada mes qué alimento vamos a tratar de reducir, por qué se puede remplazar, etc… Me he comprado recientemente un libro chulísimo sobre el tema, con mucha información, pero quiero ir poco a poco (para que un cambio sea a largo plazo hay que hacerlo así). Creo firmemente en lo importante que puede ser compartir este tipo de experiencia con otras personas que estén caminando en la misma dirección, así que si os interesa, decídmelo, y vamos haciendo bitácoras aquí en el blog…
Nada más, contadme si os tienta hacer alguna de estas curas detox, y por cual os decantaríais a tenor de lo que os he contado, ¿vale?
Y si queréis caminar hacia la slow diet, levantad la mano, ¡que paso lista!
¡Un beso, biotistas! ¡Cuidaos mucho!