¿Habéis soñado alguna vez que os quedáis atrapadas de noche en unos grandes almacenes? Al estilo Natalie Portman en Where the heart is, solo que en un sitio más glamuroso que el Walmart.
A mí me ha pasado mucho durante mi época de estudiante. Vivía en París, en un precioso y cuidadísimo edificio haussmaniano. Pero no en uno de sus lujosos apartamentos de techos altos y molduras en las paredes, sino en una diminuta chambre de bonne, bajo los techos, donde no llegaba el ascensor (ni siquiera la impoluta moqueta roja de la escalera). Con baño compartido en el descansillo. Si habéis visto Las chicas de la sexta planta, os podéis formar una idea bastante acertada. Y para terminar el cuadro, mi barrio era el de los grandes almacenes. Lo que viene siendo ser pobre de remate en un barrio überconsumista. Día tras día pasaba delante del Printemps de la Beauté, babeando. Los sábados por la mañana entraba a probarme de todo y salía unas horas después, perfumada hasta arriba eso sí, pero sin bolsita de papel fashion colgada del brazo. Y muchas, muchas veces, soñaba con que me quedaba encerrada y me probada todo lo que me apetecía sin la mirada desconfiada de la dependienta de turno.
Una de las marcas que veía “de lejos” en esas peregrinaciones era PATYKA. El lujo parisino en todo su esplendor: una marca con una impecable estética años 20 renovada, un largo recorrido y un aura de pureza que, aunque yo entonces no lo sabía, ¡esconde formulaciones orgánicas! Esta ha sido una de mis grandes sorpresas de los últimos tiempos, es como si de pronto “descubriese” que Chanel es una marca cruelty free y de producción sostenible, ¿os imagináis el shock? Pues esto es lo que me ha pasado con PATYKA, al enterarme de que aparte de todo lo obvio, es “Miss Bio friendly”.
Presentación / Textura / Olor
Salta a la vista que el packaging de PATYKA es impecable, al igual que todo lo que atañe a su imagen de marca. Frasco de vidrio, con un sólido dosificador, letras negras y doradas…parece recién salido de una farmacia parisina de los años 20. Y es que lo mejor que puedes hacer con una imagen de marca que funciona es modernizarla a pequeños toques sutiles, como es el caso.
La textura es maravillosa: una crema con mucha consistencia, que se desliza con suavidad y se absorbe mucho antes de lo esperado. No deja sensación grasa, mucho menos pegajosa, ni aporta brillo a la zona más allá de un aspecto glowy muy saludable.
20, de pronto te estás arreglando en un tocador en la Rue Cambon y por la ventana oyes pasar el coche de Mademoiselle Chanel. Huele a rosa, una rosa al mismo tiempo fresca y decadente.
Eficacia
Estas son las promesas de este nuevo contorno de Patyka:
- Corrige los signos del cansancio y del envejecimiento
- Reduce visiblemente las bolsas y las ojeras
- Rejuvenece la mirada
- Reduce las arrugas de esta delicada zona
- Alivia la congestión
- Es una base de maquillaje ideal
Pues bien, yo que no tengo ninguna problemática particular en la zona del contorno de ojos, os puedo decir que he notado una diferencia significativa en todos estos aspectos, salvo en el de bolsas y ojeras, que como no tengo, no os puedo confirmar su eficacia. Pero, pensando que “iba bien servida” con mi contorno de ojos, me he dado cuenta de que en realidad con este producto la cosa mejoraba sustancialmente: mis arrugas de deshidratación se han esfumado, la zona se ve más lisa, más jugosa, más luminosa, y más unificada. ¡Ahí es nada!
El 99.8 % del total de los ingredientes de este contorno son de origen natural, mientras que 46.5 % del total de los ingredientes provienen de la Agricultura Biológica. Está certificado por Cosmebio y Ecocert.
Contiene un complejo llamado Microcaps (formado por cacao, clorella y semillas de uva, en un tamaño micro para poder actuar en profundidad), encargado de luchar contra las arrugas; pero también ingredientes tan originales como la cera de trigo sarraceno, responsable de atenuar bolsas y ojeras, el extracto de haya, para hidratar y oxigenar, o las polisacáridas de remolacha para estimular la renovación celular, relanzar la circulación y descongestionar.
INCI: Rosa damascena flower water*, aqua (water), butyrospermum parkii (shea butter)*, glycerin, alcohol denat.**, apricot kernel oil polyglyceryl-4 esters, cetearyl alcohol, glyceryl stearate, shorea robusta seed butter*, microcrystalline cellulose, coco-caprylate/caprate, potassium palmitoyl hydrolyzed wheat protein, caprylic/capric triglyceride, sodium stearoyl glutamate, tocopherol, glyceryl caprylate, oryza sativa (rice) hull powder, parfum (fragrance), ci 77891 (titanium dioxide), levulinic acid, ci 77019 (mica), xanthan gum, fagus sylvatica bud extract*, sodium dextran sulfate, sodium levulinate, hydrogenated vegetable oil, cellulose gum, limonene, sodium hydroxide, linalool, hexapeptide-11, benzyl alcohol, tetrasodium glutamate diacetate, polygonum fagopyrum seed extract, chlorella vulgaris powder*, citronellol, vitis vinifera (grape) seed oil, lecithin*, theobroma cacao (cocoa) seed butter, glyceryl caprate, ascophyllum nodosum extract, citral, glyceryl undecylenate, centella asiatica extract*, potassium sorbate, benzoic acid, salicylic acid
*Ingredientes procedentes de la agricultura biológica
**Ingredientes transformados a partir de ingredientes biológicos
Me gusta mucho:
♥ Su imagen de marca, packaging y el toque años 20 cuidadosamente renovado que le da a mi tocador (vale, en realidad está en el baño, mucho menos chic pero… bienvenidas al 2017)
♥ Su eficacia a corto plazo, realmente trae “juventud” a la mirada
♥ Su aroma, pese a que no soy muy de rosa, en este caso me resulta muy agradable
♥ Su rápida absorción, dejando la zona alisada, unificada e iluminada
Me gusta menos:
- Su precio, aunque tampoco dista tanto del de otros contornos de calidad
- Su dosificador, que tiende a expender demasiado producto. Hay que cogerle el punto y no apretar hasta abajo.